Por Alejandro Zavala
Alejandro Fernández conquistó a más de nueve mil seguidores el jueves en el coloso de Reforma
Auditorio Nacional casi lleno, excepto por las esquinas de la luneta, ya la gente eufórica. Justo antes de iniciar una joven caminaba hacia el recinto con los ojos tapados y acompañada por su novio y un camarógrafo, quizá se daría la sorpresa de su vida si no es que antes escuchó los gritos de los múltiples revendedores siendo ignorados por la policía.
El concierto inició en punto de las 20:30 y de una manera muy mexicana, con el cantante vestido de mariachi y un popurrí que incluyó temas como “Ojo por ojo” y “La mitad que me faltaba”, y con un imponente escenario detrás compuesto por 4 pantallas laterales y dos frontales. Tras ese número inicial, saludó a su público. “Buenas noches Auditorio” dijo, “Esta noche ellos tocarán (refiriéndose a la docena de músicos que tenía sus espaldas), yo cantaré y el ambiente lo pondrán ustedes”. Entonces dedicó “Mátalas” a todos los hombres asistentes y los gritos no se hicieron esperar.
La velada continuó con más de mariachis, entre ellas “Si he sabido amor”, “Cascos ligeros” y “Estuve” de Joan Sebastian. Posteriormente Los coros retumbaron en el inmueble con “Abrázame” y después “Unas nalgadas” la cuál explicó había causado controversia, pero dejó en claro que no le dio mucha importancia a los comentarios de “una reportera” como él llamó a Carmen Aristegui. Los gritos fueron ensordecedores y también algunas risas por la hilarante letra.
Había transcurrido ya casi una hora de concierto, cuando el Potrillo salió del escenario y volvió ya sin el traje de mariachi y con una playera blanca y chamarra negra. Era el momento de bajarle un poco a lo mexicano y cantar más de lo último que es más pop. Este momento fue bien recibido en especial por la audiencia más joven. La gente se puso de pie cuando interpretó “Canta Corazón” que a diferencia de su versión original, comenzó mucho más movida. El interprete aprovechó para saludar de beso a algunas mujeres que se acercaban al escenario.
El recital fue subiendo en intensidad con temas como “Qué voy a hacer con mi amor”, “Qué lástima” y “Me dediqué a perderte”, la gente estaba eufórica y el momento climático llegó de la mano de “Me dediqué a perderte”, “Te voy a perder” y sin previa introducción “Como quién pierde a una estrella” con la que entre elogios y aplausos se despidió del escenario por primera vez.
Los gritos de “otra, otra” comenzaron casi de inmediato, y sin hacer esperar a su público demasiado tiempo, el Potrillo regresó a interpretar “Se me va la voz”, “Si tu supieras”, “No se olvidar” y “Mañana es para siempre”. El show ya rebasaba las dos hora, pero la gente no dejaba de gritar, y tras un intento fallido por despedirse otra vez, Alejandro Fernández alabó al público “las noches pasadas me aplaudieron mucho, pero hoy es el mejor público que he tenido esta temporada en el auditorio”, la gente no dejaba de gritar y emocionado dijo: “Aquí debía terminar el show, pero quiero cantar así que le voy a dar en la madre a los ingenieros de luces y video, me vale madre”. En las pantallas aparecieron las siglas “VFG” y ya improvisando cantó varios temasde su padre, a lo que la gente aplaudía sin control. También “Se me olvidó otra vez” de Juan Gabriel apareció en el set.
El show no parecía tener fin cuando interpretó “Sin tantita pena”, y efectivamente la gente no lo dejó bajar del escenario, entonces todo el ritmo bajó para que en compañía de Eli Guerra interpretara una romántica versión de “Contigo Aprendí”.
Tres horas y cuarto, y más de 40 canciones después, el concierto cerró con “Dibujando un corazón”. La gente salió algo cansada pero satisfecha, y seguramente dispuesta volver a ver a su ídolo en su próximo paso por el Auditorio Nacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario